El español neutro en la traducción

Ponencia que impartí el 5 de noviembre de 1996 en Colorado Springs (EE. UU.), durante el Congreso anual de la ATA (asociación estadounidense de traductores)

(Nota: casi por interés histórico, reproduzco el artículo tal como se publicó entonces, sin enmiendas ni cambios.)


 

Definición

Lo cierto es que esta ponencia debería llamarse «el español técnico neutro», puesto que siempre hemos estudiado Literatura española y no Literatura española neutra. Sin embargo, con el paulatino avance de la mecanización, las comunicaciones y la informática, la comunidad hispanohablante, repartida en veintiún países (incluido EE. UU.), empieza a ser consciente de la dispar influencia que estos avances están teniendo en su lenguaje.

La literatura técnica, basada en conceptos y sistemas creados en países no hispanohablantes se ha visto lógicamente afectada por el idioma original, que es el inglés en la mayoría de los casos. La proximidad política o geográfica a EE. UU. y la velocidad con la que surgen en el mercado nuevos aparatos, nuevos sistemas e ideas, afecta directamente a la permeabilidad de nuestros países a esa lluvia de terminología foránea: es obvio que la influencia del inglés no es igual en Puerto Rico que en Argentina, por poner dos ejemplos.

Así pues, cada vez más, los grandes fabricantes de maquinaria, electrónica, informática y productos para el consumo de todo el mercado hispanohablante comienzan a ver conveniente el abaratamiento de costes en la producción de instrucciones y documentación de sus productos mediante el empleo de una sola versión española para todo el mercado hispanoamericano. Una intención nada altruista, sino comercial, que, sin embargo, va en beneficio de nuestra lengua y nuestra cultura…

 

Aparición y contexto

Desde hace tres o cuatro décadas, las comunicaciones (radio, televisión y, en la actualidad, Internet), desempeñan el papel protagonista en el denominado primer mundo. Los hispanohablantes compartimos más que nunca información audiovisual, ocio y cultura.

Uno de los principales ejemplos de aplicación del ‘español neutro’ fueron las películas de dibujos animados de la productora de Walt Disney. Las películas se doblaban en un español inteligible para cualquier hispanohablante; libre de localismos y lo más neutro posible. En algunas ocasiones llegaron a utilizarse acentos de diversos países para enfatizar el carácter de ciertos personajes, algo que, en mi opinión, enriquecía el doblaje y acostumbraba al oyente a ‘oír otros españoles’. Desgraciadamente, desde el estreno de la «La Bella y la Bestia», Disney España decidió abandonar el proyecto de doblaje en español neutro, así que en este momento, Disney saca dos versiones en español al mercado: la hispanoamericana y la española. La hispanoamericana —afortunadamente— es válida para toda Hispanoamérica, mientras que la española, tan sólo lo es para España.

La necesidad de crear un español técnico neutro, que sea inteligible en todos nuestros países es una señal más de la madurez del sector tecnológico hispanoamericano. En los comienzos de la informática doméstica —todos lo recordamos— los teclados no tenían tecla eñe y los grandes sistemas informáticos empleados por bancos e instituciones públicas no admitían acentos ni ‘caracteres extendidos’. Mi banco me enviaba cartas en las que yo era Xos* Castro y vivía en Espa#a. Pero a medida que nuestros países empiezan a asimilar toda esta maquinaria, comienzan a exigir la traducción de manuales de instrucciones y, más tarde, de los propios programas.

Con los años, los grandes sistemas dan paso a los equipos domésticos PC y Mac, destinados a un público más extenso, que hace imperiosa la necesidad, no sólo de traducir, sino de crear material en español. Pasamos de una fase de tecnología ‘elitista’ y costosa a una tecnología vulgarizada y abaratada; de una jerga elitista (una suerte de lengua franca formada a partir del inglés y el español) a una jerga españolizada —más propia— aunque traducida.

Pero dada la velocidad y el alcance de las aplicaciones informáticas, la influencia directa del mercado estadounidense es desigual en los países hispanohablantes. Los que más consumen material traducido al español son España, México, Argentina y Colombia. México dobla a España en población, pero la demanda de informática en español no es, proporcionalmente, tan grande, aunque esto es algo que habrá cambiado notablemente en menos de un lustro.

 

La situación de España y la responsabilidad de la lengua

Dos instituciones públicas relevantes velan por el idioma desde España: la Real Academia y el Instituto Cervantes, principalmente. Por desgracia, ambas tienen el mismo problema: una gran falta de medios económicos. La primera, además, despierta gran recelo en muchos sectores hispanoamericanos, pues, hasta ahora, la representación del español de América en el Diccionario de la Academia era rara, desordenada y no estaba a la altura de las circunstancias; algo que también se debe, no debemos olvidar, al desigual trabajo de incorporación y actualización de términos que realizaron las academias americanas correspondientes, con la misma lacra de falta de medios económicos.

El Instituto Cervantes, por su parte, nace cojo. A pesar de las dimensiones de la comunidad hispanohablante, el Instituto cuenta con muy buenas intenciones pero un presupuesto muy inferior al de instituciones equivalentes como el Instituto Goethe o el Instituto Británico. A pesar de ello, es una institución realmente dinámica que está desarrollando proyectos importantes, tanto en el ciberespacio como en el mundo real.

La posición de los traductores de España frente al español neutro, es decir, frente al uso de un español escrito que acepte e incluya ciertas expresiones mayoritarias de América —y por tanto, de todo el mundo hispanohablante— es de reticencia. Tras cuarenta años de dictadura del general Franco, con el que fuimos la Madre patria, la reserva espiritual de Occidente y unas cuantas cosas más, muchos españoles siguen pensando que en España es donde se cuece el idioma.

Y fué España, ha sido, es ahora y será siempre una de las naciones más grandes del mundo.
Cuando en el mundo mandaban los romanos, tres españoles fueron emperadores de los romanos.
Cuando los moros quisieron hacerse los amos del mundo, no pudieron pasar de España. (…)
Pero lo más grande que ha hecho España fué descubrir las tierras de América, en las que hay veinte naciones. (…)
Pero los indios de América eran salvajes: no sabían leer ni escribir, ni rezar, ni trabajar siquiera.
Y todo se lo enseñaron los misioneros españoles.
Por eso aquellas naciones llaman a España, Madre.
España en la única nación del mundo que es madre de veinte naciones.
España, que llegó a mandar en casi todo el mundo, que tiene libros tan hermosos como el «Quijote»: ES LA ÚNICA NACIÓN QUE HA PODIDO MÁS QUE LOS COMUNISTAS.

Extracto de ¡Adelante!, textos escolares Solana, Editorial Escuela española, Madrid, 1956. Fue libro de texto durante unos ocho o diez años (aprox. 1966) para estudiantes españoles de primaria.

Nuestro distanciamiento político y geográfico de América durante buena parte de este siglo no ha sido sino un perjuicio a la hora de sumarnos a un proyecto común hispanoamericano. De nuevo, Internet es un medio ideal para restablecer relaciones y reforzar lazos. Somos, inevitablemente, un apéndice septentrional de Europa que debe paliar su lejanía del resto del mundo hispanohablante con una mayor intención de acercamiento a la realidad americana. Debemos hacerlo, no solo por el bien de nuestro idioma y nuestra cultura, sino por el propio interés en formar parte de un mercado hispanoamericano competitivo, y en seguir teniendo una presencia y una actividad que deje de causar recelo en ciertos círculos.

 

El uso del español neutro

Como decía antes, lejos de partir de un principio altruista por limpiarfijar y dar esplendor a nuestro idioma, la idea de emplear el español neutro tiene un claro fundamento comercial: es mucho más barato hacer una sola traducción al español, que hacer dos, tres o veinte. Además de los programas o máquinas y sus respectivos manuales de instrucciones, el uso de una única versión reduce los costos que conlleva la creación de textos complementarios, publicitarios, promocionales, documentación de ayuda, material de formación y cursos, etcétera, y agiliza el entendimiento entre las sucursales hispanohablantes de las grandes empresas, además de favorecer la compatibilidad de un programa o una máquina (independientemente del país en el que sean vendido) y el intercambio de materiales entre varios países destinatarios.

 

El caso de Microsoft

Es inevitable citar a esta empresa en este momento, pues es el primer fabricante de programas del mundo y el que mayor esfuerzo e inversión ha dedicado a la traducción al español: manuales, guía de estilo, departamento de supervisión lingüística, constante investigación para la creación de terminología, etc., aunque es obvio que el estilo de sus manuales y programas no contenta a todo el mundo por igual. La decisión de Microsoft de utilizar este sistema afecta directamente a todos aquellos fabricantes que deseen crear programas y materiales compatibles con Microsoft.

En muchas ocasiones he traducido programas para Windows de diversos fabricantes en los que el glosario oficial era, directamente, el de Microsoft. «Queremos total compatibilidad con Windows», dicen. Y es lógico: el 85% de las computadoras del mundo son PC, y la mayoría de ellas emplea sistemas operativos y programas de este fabricante.

Así pues, lo que empezó como una decisión comercial de algunos fabricantes (Apple, Microsoft, Novell, etc.), pronto empieza a afectar a los planes de traducción de otros, que paulatinamente, se van sumando al proyecto del español neutro.

 

Problemas de su aplicación

Comunicaciones lentas

A pesar del avance de los medios de comunicación y del creciente uso de la Internet, las innovaciones en informática parecen empeñadas en ir más deprisa cada día. Los terminólogos, filólogos, lingüistas y traductores tienen poco tiempo para intentar implantar un término equivalente en español. A veces, el inglés prende tan bien y tan rápido en la población que resulta difícil aplicar su equivalente en castellano. En otras ocasiones, como en el actual río revuelto terminológico que estamos viviendo con todas las expresiones derivadas de Internet, el término español convive con el inglés y poco a poco va ganándole terreno: correo electrónico y e-mail; sitio web y website, página principal y homepage, servicios electrónicos/telemáticos y on-line/electronic services, etcétera.

Departamentos de ventas

Una de las grandes trabas que tenemos los lingüistas y traductores son los departamentos de márketing y ventas de las empresas. La visión del idioma que ellos tienen suele ser menos romántica y didáctica que la nuestra, así que dependiendo de lo exigente que sean sus clientes, así serán de estrictos con la traducción de sus productos. En países con mayor influencia del inglés, los departamentos de venta son más reacios a españolizar ciertos términos.

Inversión

Es obvio que aunque supone un gran ahorro global para la empresa, este tipo de proyectos no carece de problemas de aplicación. Hay que contratar a personal especializado, reconvertir antiguos procedimientos y cambiar, en cierto modo, la forma de enfocar el proyecto, que ahora contará con un número mucho mayor de usuarios. Además, la traducción tiene una parte más compleja: la adaptación de un producto único a la realidad social y económica de veinte países. Los fabricantes de programas tienen problemas para emplear en sus manuales símbolos de moneda comunes, separadores de decimales, nombres de instituciones públicas y privadas comunes, ejemplos y plantillas de programas (facturas con desglose de impuestos, por ejemplo) comunes a cualquier país, nombres propios, situaciones y contextos propios de la situación hispanoamericana.

A veces, hasta las imágenes de muestra que se incluyen con muchos programas informáticos pueden causar algún problema. En una conferencia sobre traducción de programas, el ponente recordaba el caso de un programa que se iba a vender en Arabia Saudí y entre cuyas imágenes de muestra se incluía el dibujo de una mujer tomando el sol en biquini. Por suerte, se detectó a tiempo…

Multimedia, material didáctico

Otro gran problema —o mejor, reto— de la aplicación del español neutro es la multimedia. En los programas multimedia se combinan múltiples medios (multiple media): sonidos, imágenes e información. En muchos casos, además, la temática es infantil, informal o didáctica y se emplea un lenguaje coloquial y familiar, que es donde las variades del español se diferencian más. He visto algunos productos multimedia bien traducidos y el resultado es excelente. En algunos se combinan acentos de distintos países, como el de México, España, Cuba, Colombia, etc., y respecto al texto, debe recurrirse a los paréntesis para poder recoger todas las denominaciones que tienen ciertas palabras en los distintos países hispanohablantes: cactus y nopal; Montañas Rocosas y Montañas Rocallosas; durazno y melocotón; aguacate y palta, etc.

Cuando algún cliente cita este tipo de diferencias como insalvables para poder traducir estos temas, yo siempre recuerdo que en España (y en muchos países americanos), casi todos los peces (y algunas frutas y hortalizas) tienen tres o cuatro nombres distintos (según la región) y, sin embargo, esto no impide que se sigan escribiendo libros de cocina.

Distinto influjo y actitud ante el inglés

La distinta penetración (económica y cultural) que tienen los Estados Unidos en los diversos países hispanohablantes y hace que la población rechace en mayor o menor medida el empleo de términos ingleses o de calcos. Tanto este condicionante como el volumen de ventas por países afecta directamente a la terminología que será empleada por el fabricante; por ejemplo, si el fabricante vende más productos en México, seguramente optará por una terminología más próxima al español mexicano.

Incomprensión, ineficacia o revanchismo

La incomprensión, la ineficacia y la falta de profesionalidad también redundan en problemas. Hace unos meses, un jefe de proyecto me pedía que tradujese un gran volumen de documentación al español neutro (el producto estaba destinado a toda Hispanoamérica) porque había tenido una mala experiencia con una traductora anterior. Toda su argumentación contra aquella traductora se basaba en que, según él, había traducido amount por «monta» en el contexto de una hoja de cálculo. «Y eso que le dije que quería un español neutro», dijo. Le respondí que, efectivamente, «monta» no era el término más común (aunque totalmente correcto) y quizá «importe» o «cantidad» habrían más adecuados. De todos modos, aquel cliente arrojaba piedras sobre su propio tejado pues reconocía que no había proveído a la traductora con ninguna guía de estilo ni glosario que pudiese tomar como referencia. La aplicación del español neutro requiere una buena gestión del proyecto, buena documentación y referencia y trabajo en equipo. La ineficacia y la incompresión de este cliente le hizo tomar una aptitud poco dialogante, en la que el traductor debía ser el responsable, nada menos, de crear una terminología neutra sin conocer casi los datos del cliente ni el público al que iba dirigido el producto.

 

Inconvenientes

La principal desventaja es que las empresas, por suerte o por desgracia, se convierten en una suerte de «academias de la lengua técnica». Todos somos conscientes de que si Microsoft traduce file como archivo o save como guardar, el mundo hispanohablante acabará diciendo archivo y guardar, y eso es tener un gran poder sobre la evolución de la lengua, no cabe duda.

Otro inconveniente es la artificiosidad de algunas traducciones acordadas como más neutras (o sea, que disgustan por igual a cualquiera). De los primeros tiempos de la traducción informática hemos heredado calcos que casi no agradan a nadie, pero que a estas alturas es difícil cambiar, como «hacer clic» (to click), empleado hoy en día por la mayoría de los fabricantes.

Por el mismo motivo, es fácil inferir que uno o dos grandes fabricantes y creadores de sistemas operativos monopolizan cierto sector del lenguaje informático español, y de cuyas decisiones —acertadas o no— dependeremos relativamente los usuarios y el resto de los fabricantes. O por decirlo de otro modo: podemos pasar por alto lo que diga la Real Academia respecto al uso de un término y optar libremente por no aplicar sus recomendaciones, pero poco podemos hacer si Apple o Microsoft deciden utilizar un término español que nos disguste. Tienen una gran responsabilidad.

 

Ventajas

Ya he citado algunas antes, pero básicamente, este es el momento adecuado; las comunicaciones se modernizan y agilizan. Además, los principales motivos que, como lingüistas hispanohablantes, deben motivarnos para utilizar el español neutro son: lograr una progresiva unificación de neologismos en todos nuestros países; hacer que nuestro idioma sea competitivo y asequible para mayor número de fabricantes; ampliar el mercado de la traducción y evitar la disgregación de nuestra terminología, que sólo puede traernos perjuicios a largo plazo como comunidad.

Además, podemos plantear esta labor a nuestros clientes como método para evitar problemas derivados de traducciones, digamos, «no neutras». Algo así le ocurrió a CompuServe, el gran proveedor de servicios electrónicos: encargó la traducción al español de su programa de acceso (WinCIM 1.4 para Windows) a varios traductores, mayormente mexicanos. Independientemente de la calidad de la traducción y la revisión, aquel equipo empleó términos exclusivos de México en su traducción (turnar por forward; charola de entrada/salida por In/Out Box, etc.) que provocó las protestas de muchos otros usuarios hispanohablantes y forzó a CompuServe a enmendar la traducción en la siguiente versión, lo que provoca unos gastos adicionales y una incomodidad a los usuarios que no habrían sido necesarios con una planificación previa.

Hay otros casos en los que ciertos programas han sido traducidos de distinta manera en cada país hispanohablente y eso provoca ciertos problemas de compatibilidad y entendimiento entre dos o más versiones idénticas de un mismo programa traducido al español, pero en distintos países (cambios en los nombres de los menús, instrucciones, etcétera).

 

¿Qué obtengo yo?

Quizá lo más importante que obtiene un traductor o un lingüista cuando investiga la terminología más neutra para sus escritos, crea sus propios glosarios y guías de estilo y busca la colaboración con colegas de otros países hispanohablantes es un mayor acercamiento cultural, una mejora de su vocabulario, una mejor formación como profesional, una apertura a un mercado en ciernes y la posibilidad de dar un servicio más amplio y completo a sus clientes.

Seamos realistas, nada es perfecto, pero es un proyecto que ya lleva años aplicándose y dando sus frutos. En este año 1997 saldrá al mercado lo que, en mi opinión, es uno de los proyectos multimedia más importantes de Hispanoamérica: la enciclopedia Encarta en español. Será curioso ver qué soluciones ‘neutrales’ han dando al sonido, a las imágenes y, sobre todo, a la información enciclopédica que contiene, cuya base es la enciclopedia estadounidense Encarta, pero con un gran porcentaje de añadiduras y enmiendas. Un gran ejemplo (y un gran reto) en estos primeros pasos de un lenguaje informático y técnico

 

Algunos recursos en internet

Listas de distribución

  • Lista de distribución Spanglish (goya.eunet.es/listserv). Lista de debate sobre la terminología técnica e informática en español, sobre todo, sobre las traducciones posibles.
  • Lista Apuntes (goya.eunet.es/listserv). Debate sobre todo tipo de cuestiones relacionadas con nuestro idioma.
  • LANTRA-L (listserv@searn.sunet.se). Sobre traducción en general.

Grupos de noticias de Usenet

En la Web

MicrosoftAppleNovell, etc.

Foros de español del Centro Virtual Cervantes