El curioso origen de las partes de la noche

Antaño, cuando no había relojes ni sol, se dividía el día en partes. Cuando el sol estaba en el cielo, esto era relativamente fácil (amanecer, mañana, mediodía, tarde…), pero ¿y las noches? Para los que trabajan de noche (centinelas, soldados), era necesario dividir la noche en partes. Los soldados romanos dividían la noche en cuatro vigilias, que, en español pasaron a llamarse velas de la primera noche, modorra, modorrilla y alba.
Vigilias

Las siete partes de la noche según San Isidoro

San Isidoro de Sevilla estableció una división de la noche en siete partes: vesper, crepusculum, conticinium, intempestum, gallicinium, matutinum y diluculum.

VÉSPERO

Anochecer, últimas horas de la tarde (por el planeta Venus, como lucero de la tarde).

CREPÚSCULO

Claridad que hay desde que raya el día hasta que sale el Sol, y desde que este se pone hasta que es de noche.

CONCUBIO

Hora de la noche en que suelen recogerse las gentes a dormir.

CONTICINIO

Hora de la noche, en que todo está en silencio.

INTEMPESTA

Dícese de la noche muy entrada.

GALICINIO

Parte de la noche próxima al amanecer. (De gallicinium, ‘canto del gallo’.)

MATUTINO

Perteneciente o relativo a las horas de la mañana.

DILÚCULO

Última de las seis partes en que se dividía la noche. (De diluculum, ‘crepúsculo matutino’.)

Las ocho partes de la noche según Alfonso Fernández de Palencia

Este humanista, autor del Vocabulario universal en latín y en romance (1490), dividió la noche en ocho partes. Cambió véspero por tarde y quitó matutino para añadir antelucano:
  1. TARDE, ‘poniéndose el sol’
  2. CREPÚSCULO, ‘quando comiença las tiniebras’
  3. CONCUBIO, ‘quando los ombres aduermen’
  4. NOCHE INTEMPESTA, ‘quando todos los animales profundamente reposan’
  5. CONTICINIO, ‘quando todas cosas parecen estar callando y adormidas’
  6. GALLICINIO, ‘quando los gallos comienzan cantar’
  7. DILÚCULO, ‘quando mas espesas vezes cantan anunciando la cercanía del alva’
  8. ANTELUCANO, ‘quando ya el alva comiença a desparzir las tinieblas’.
Nota final: este artículo fue inspirado y documentado por Elena Hernández, responsable del departamento de Español al día de la RAE y por el diseñador gráfico Jorge de Buen.