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Rayas, signos y otros palitos

(Si citas todo este artículo o parte, incluye estos datos: autor, fecha y procedencia. Y envíame un mensaje; gracias.)

Ahora que la informática pone a disposición del profano los utensilios que antaño sólo poseían los componedores y tipógrafos, es conveniente que traductores, redactores, periodistas y lingüistas en general mejoren sus conocimientos de ortotipografía. Este artículo expone algunos de los fallos y problemas básicos, y pretende ser un estímulo para que el lector continúe aprendiendo por su cuenta.

En mi faceta como revisor de traducciones del inglés al español, encuentro errores de ortografía recurrentes, sobre todo pertinentes a ciertos signos auxiliares, abreviaturas y otras marcas (técnicas o no). Con el tiempo he ido recopilando y redactando ciertas normas para dar respuesta rápida y sencilla a las dudas y fallos más comunes entre los traductores. Esa es la intención de este breve artículo. Confío en que sea de utilidad para aquellos profesionales que trabajan con el idioma, ya sean traductores o no.

Nota: en el artículo se ha preferido emplear la nomenclatura del ortógrafo José Martínez de Sousa, y se advierte al lector de que ciertos nombres aquí citados pueden variar —no así su definición o función ortográfica— según el autor que se consulte.

1. Raya (—). Este signo (m hyphen o m dash en inglés, por tener la longitud de esa letra) también es denominado menos y se escribe en Windows presionando Alt + 0151 en el teclado numérico. Es importante no confundirlo con el guión (-) ni con el menos (–) pues sus funciones son distintas. Las funciones principales de la raya son:

a) acotar oraciones incidentales;
b) indicar los interlocutores de un diálogo;
c) sustituir palabras mencionadas inmediatamente antes (en una bibliografía, por ejemplo).

En el caso (a), ambas rayas van unidas a la oración incidental sin espacios intermedios (véase ejemplo), pero la de apertura debe ir precedida de un espacio, y la de cierre debe ir seguida de otro. En el caso (b), es decir, cuando indica un interlocutor en un diálogo, irá unida al texto. En el caso (c), como en la bibliografía de este artículo, deberá ir seguida de un espacio pues sustituye a un nombre omitido.

Ejemplos de (a):
No regresará —pensé yo— hasta el próximo año.

Uso incorrecto:
No regresará -pensé yo- hasta el próximo año.
No regresará –pensé yo– hasta el próximo año.

Ejemplo de (b):
—¡Qué golpe! —exclamó María mientras caía.

Uso incorrecto:
-¡Qué golpe! – exclamó María mientras caía.
– ¡Qué golpe!- exclamó María mientras caía.

1.1. Anglicismo ortográfico de la raya. Es desgraciadamente frecuente ver empleada la raya como sustituto de punto y coma, coma, dos puntos, punto y seguido, o paréntesis en traducciones del inglés al español. Generalmente se produce este error al abrir una raya y no cerrarla (sin querer denotar un inciso en un diálogo).

Ejemplos de incorrección:
El manual contiene varias secciones —Montaje, Configuración e Instalación.
Disquete—Soporte magnético para almacenar datos.
Reparación de la máquina—Piezas renovables.

Uso correcto:
El manual contiene varias secciones: Montaje, Configuración e Instalación.
Disquete: soporte magnético para almacenar datos
Reparación de la máquina (piezas renovables).

2. Menos (–). Este signo (n hyphen o n dash en inglés, por tener la longitud de esa letra) es algo más corto que la raya y más largo que el guión. Algunos autores también lo denominan semimenos (Sousa), así que debe tenerse especial cuidado para no confundirlo con la raya al consultar algún libro de ortografía. Tiene la misma anchura que otros signos matemáticos (% + ÷ – * =) y se usa en operaciones aritméticas y números negativos. Se escribe en Windows presionando Alt + 0150 en el teclado numérico.

Ejemplos:
Conservar entre 35º y –25º
El resultado sería 12 + 5 –24 = –7

Uso incorrecto:
Conservar entre 35º y -25º
El resultado sería 12 + 5 -24 = -7

Algunos autores utilizan este signo en lugar del guión para indicar números de capítulos y secciones, ilustraciones, etc., pues el guión puede resultar demasiado corto.

Ejemplo con menos:
En la página 5–1 podrá ver la ilustración 2–6.

El mismo, con guión:
En la página 5-1 podrá ver la ilustración 2-6.

3. Guión. En los teclados de máquina de escribir y computadora hay una tecla para este signo (-), algo más grueso que la raya y el menos, y la mitad de largo que este último. Estas son sus funciones principales:

a) unir palabras compuestas o que tienen entre sí algún grado de dependencia;
b) relacionar unas con otras dos o más palabras, números, etc.;
c) indicar la división de una palabra que no cabe entera en la línea o renglón.

3.1. Errores frecuentes. Tanto en textos creados en español como traducidos de otros idiomas, el error más frecuente es usar el guión en todas las funciones que corresponden a la raya y al menos. Como el caso de las mayúsculas sin acentuar, su origen se debe, en parte, a una complejidad técnica que se daba en los procesadores de texto antiguos, donde no era fácil tener acceso a este tipo de símbolos mediante una combinación sencilla de teclas.

3.2. Sobre el uso anglicado del guión. A diferencia del inglés, el guión en español separa más que une (suele verse enfrentamiento Manchester-Liverpool, pero alianza francogermana). Por eso debe tenerse especial cuidado al traducir términos ingleses que incluyen este signo porque en aquella lengua tiene una connotación de unión que se omite o varía al traducirlos al español.

Ejemplos:
postparto, posventa, postoperatorio, ex ministro,
ex presidente, rehacer, reconstruir, prenatal, prehistoria, etc.

Uso incorrecto:
post-parto, post-venta, post-operatorio, ex-ministro
ex-Presidente, re-hacer, re-construir, pre-natal, pre-historia, etc.

4. Temperatura. El símbolo de grado (también sirve como letra O voladita en abreviaturas de ordinales 1.º, 13.º…) se escribe presionando la tecla situada a la izquierda del 1 (en los teclados españoles) o presionando la combinación Alt + 167 en el teclado numérico (Windows). El símbolo del grado va unido a la cifra si ésta va sola, o unida al tipo de grado si se incluye. Si se enumeran varias cifras, no es necesario añadir el símbolo a todas. Si son negativos, deberán llevar un menos antepuesto. Las palabras abreviadas con a u o en voladita, deben incluir el punto abreviativo (P.º del Prado, 2.º lugar) a no ser que el tipo de letra empleada subraye esas letras (Po del Prado, 2o lugar).

Ejemplos:
Haga un giro de 35 o 20º.
Esta mañana el termómetro marcaba –18 ºC.

5. Horas. En algunos países hispanohablantes se emplea el sistema estadounidense (p.m. y a.m.) y, en otros, el sistema de veinticuatro horas. En cualquier caso, las horas no pueden separarse con comas, pues no son cifras decimales sino sexagesimales (los segundos sí son decimales y pueden llevar coma). Aunque el iso emplea los dos puntos para separar las horas (¿por influencia del inglés?) es más propio usar el punto en español. A diferencia de los decimales, en el caso de las horas es correcto añadir los dos ceros si se trata de una hora en punto, para evitar ambigüedad o imprecisión.

Ejemplos:
Quedamos a las 15.26 con tu hermano.
Vino a las 6.24 p.m.
No llegará hasta las 15.00.
Comí a las 3.00 de la tarde.
20 h 25 min 12,6 s

6. Fechas. El orden normal en nuestro idioma es día + mes + año, tanto si se escribe todo con letras como si se combina números y letras, o sólo números. En países donde coexistan varios formatos de hora o donde la influencia de otro idioma sea grande, puede ser recomendable escribir los meses en números romanos. Tanto en las fechas como en cualquier otro contexto numérico, es incorrecto añadir un cero delante de los números de una sola cifra (no en vano tenemos la expresión Vales menos que un cero a la izquierda). Los nombres de los meses —igual que los de las estaciones y los días de la semana— se escriben en minúsculas.

Ejemplos:
7 de septiembre de 1901
7/septiembre/1901
7-9-1901
7/9/1901
7.9.1901
7-IX-1901

Anglicismos:
septiembre 7, 1901
septiembre 7 de 1901

Uso incorrecto:
07-09-1901

7. Decimales. Hay tres errores típicos en la traducción del inglés al español de los números decimales:

a) Uso incorrecto de separador de miles o decimales. Si la traducción va destinada a todos los países hispanohablantes, debemos hacer uso de la coma decimal y el punto como separador de miles, por ser mayoritarios. Si va destinado a un país específico, deberemos adaptarnos a su formato de separación de decimales y millares.

b) Uso incorrecto del cero. Se ven —desgraciadamente— con cierta frecuencia expresiones como 5,00 o 09 en traducciones del inglés. Ambas son incorrectas. En español, el cero tras un separador decimal (coma o punto, según el país hispanohablante) es superfluo. Del mismo modo, es innecesario preceder una cifra con uno o varios ceros.

Sólo deberían dejarse esos ceros iniciales o decimales en casos concretos en los que un programa informático exige al operario que introduzca un número específico de cifras para poder ejecutar una acción, o en traducciones donde convenga destacar que la cifra será sometida a una operación aritmética, o en tablas numéricas verticales donde se consigue una mayor legibilidad al alinear números con el mismo número de cifras.

c) Adaptación incorrecta al sistema métrico. Aunque es común en el sistema inglés expresar con potencias inversas de 2 los números decimales, en español es impropio escribirlos con fracciones o quebrados (véase el ejemplo).

Uso incorrecto:
5½ pies; 3¼ cm; 2 1/8 pulgadas

Uso correcto:
5,5 pies; 3,25 cm; 2,125 pulgadas

Así pues, sería un grave error expresar las cantidades de este modo en español (ya sea sistema métrico o sistema inglés) pues es ajeno a nuestro idioma y, para muchos lectores, ininteligible. Además, para abundar en la confusión que este formato produce, si un número va seguido de un quebrado o fracción (en la aritmética en español) se sobreentiende que hay un signo de multiplicar implícito, y no un signo de suma como en el caso del inglés (5 + ½ y no 5 × ½).

Por último, es conveniente recordar aquí que los números de cuatro cifras no deben llevar separador de miles pues no hay duda sobre su lectura en ningún caso (nací en 1954; me dio 1245 dólares para el viaje). Por uniformidad y alineación con otros números, puede ser conveniente usar el separador de millares en columnas numéricas, cuentas, listas de precios, contabilidad, etc.

8. Unidades de medida. No deben confundirse con las abreviaturas, pues éstas llevan punto y las unidades de medida no. Siempre debe haber un espacio entre la cifra y la unidad de medida.

Ejemplos:
2 kg, 3,5 mm, 2 h 5 min, 6 dl, 9 km, 9 m, 6 s, 5 m, etc.

Uso incorrecto:
2 Kg., 3Kg, 3,5mm, 2,8 m.m., 1,2 mm., 2 hrs., 5 mins., 3 segs., 8 Km., 5 mts.,

Conviene recordar aquí que los correctores ortográficos de Microsoft contienen muchos errores y, así, consideran incorrecto escribir kg o km sin punto, entre otras cosas (aunque aceptan como válidas Kg., Km., kg. y km.). Al corregir la ortografía de algún documento, extreme las precauciones para evitar introducir fallos donde no los había.

En traducciones con mucha profusión de cifras dentro de párrafos de texto, conviene introducir un espacio fijo (Ctrl + Mayús. + Espacio en Word para Windows) entre la cifra y la unidad para que, sean cuales fueren los cambios que se hagan en el diseño de la página, nunca quede separada la cifra de la unidad al final de una línea.

Otro error frecuente en las traducciones (especialmente técnicas) del inglés se produce cuando el traductor piensa que como el texto original incluye cifras en pies y pulgadas junto con su equivalencia en sistema métrico, debe dejar su traducción en ese mismo formato. En EE.UU. suelen redactarse así los manuales para facilitar, precisamente, la traducción y el uso de sus productos fuera del país, pero es labor del traductor borrar todas las cifras que no estén en el sistema métrico tras comprobar que están bien convertidas. Excepto Birmania y Estados Unidos de América, todos los países del mundo han adoptado el sistema métrico o lo compaginan con otro, en un porcentaje menor. No hay razón para conservarlo en las traducciones al español.

9. Otros signos y convenciones. El signo de porcentaje —como las unidades de medida— se escribe separado de la cifra con medio cuadratín (20 %; 5,5 %). Y como con aquellas, se puede evitar que cifra y signo queden separados al final de una línea introduciendo entre ambos un espacio fijo (Ctrl + Mayús. + Espacio en Word para Windows). Dado que los procesadores de texto ordinarios no tienen un símbolo de medio cuadratín, es aconsejable hacer una macro que convierta los espacios entre el número y el signo en un espacio fijo con dos puntos menos de tamaño que el resto del texto.

Es muy recomendable emplear este signo para mantener unidas cifras, unidades y expresiones que no convenga dejar separadas al final de una línea (Windows 95, 12 mm, etc.). También se puede utilizar un guión inseparable en Word (Ctrl + Mayús + -) que ayuda a mantener unidas al final de una línea las expresiones unidas con guión (cd-rom, franco-belga, etc.)

Si se instala el programa Mapa de caracteres (Character Map) de Windows 95, se puede encontrar el icono de acceso en la carpeta Accesorios (Accessories). Este pequeño programa muestra una lista de los códigos ANSI de varios signos auxiliares comunes. En Word, también podemos usar la función Insertar® Símbolo (Insert® Symbol).

Otros signos de uso común:
Alt + 166 = ª
Alt + 167 = °
Alt + 174 = «
Alt + 175 = »
Alt + 171 = ½
Alt + 0133 = …

La coma antes de conjunción
Es común ver en traducciones del inglés el uso erróneo de la coma. En inglés, la coma reemplaza en cierta medida a la conjunción; en castellano, no.

Uso correcto:
resistores, transistores y condensadores

Uso incorrecto:
resistores, transistores, y condensadores

En listas de componentes, en inglés la coma es conjuntiva:
(C3, C5, C8-C12)

Esta lista de condensadores en castellano sería:
(C3, C5 y C8-C12)
10. Las comillas. Las propias del español son las latinas (« »), no debemos olvidarlo. Así pues, es conveniente hacer uso de ellas ahora que los medios informáticos nos lo facilitan. Las comillas altas o inglesas (» «) sólo deben utilizarse para encerrar textos que estén ya entre comillas latinas. Las comillas simples (‘ ‘) pueden usarse para entrecomillar texto dentro de fragmentos que estén entre comillas inglesas —que a su vez estén entre latinas— o en un párrafo no entrecomillado para citar palabras, sintagmas o frases en su valor conceptual o como explicación o definición de otros.

Ejemplos:
«Ejercicio: analizar el titular «Bobbit perdió sus ‘atributos’ más preciados».»

Algunos colegas piensan que nunca puede haber punto dentro de las comillas o dentro de un paréntesis. Para ver más detalles sobre esta cuestión de fácil respuesta, será mejor consultar cualquiera de los libros incluidos en la bibliografía de este artículo, aunque aquí van algunos ejemplos a modo de avance:

Ejemplos:
Compre ahora nuestro producto. (No lo deje para mañana; quizá sea tarde.)
Compre ahora nuestro producto (quizá mañana sea tarde).
Me dijo: «no pienso volver a verte» y se largó.
Me lo dijo bien claro: «No pienso volver a verte.»

11. El signo &. Es una duda común entre los profesionales que trabajan con el idioma. Su nombre en español es et, pues es una deformación gráfica del vocablo latino j . En inglés se denomina ampersand, como deformación de and per se and. Se pronuncia Y, pues a tal conjunción sustituye. No es cierto que sea un símbolo inglés, ya que del latín pasó a muchos idiomas, incluido el español, aunque su uso en nuestra lengua es superfluo pues no resulta económico (a diferencia de otros idiomas) ya que la conjunción Y tiene una grafía más breve y sencilla. Según Buonocore, «la traducción del signo & es y, and, et, und, etc., según el idioma sea el español, inglés, francés [o latín] o alemán». En textos españoles antiguos pueden hallarse la forma &c o & cétera.

12. Negrita, cursiva y mayúsculas. Sobre estos formatos de letra podría escribirse un libro entero, pues es abundante su mala utilización en traducciones, especialmente del inglés al español. Me limito a aconsejar la lectura de algunos como los que cito en la bibliografía. Es conveniente saber que su uso en nuestro idioma es distinto del inglés en varios contextos. Podría ya tildarse de plaga lingüística el abuso de las iniciales en mayúsculas cuando se traducen del inglés títulos, capítulos, secciones, publicidad, lemas y otras expresiones (v. gr., Bienvenido A Su Televisión Amiga). Asimismo, no es idiomática en español la escritura de párrafos enteros en mayúsculas (frecuentes en contratos ingleses) para destacar partes especialmente relevantes del texto, pues en español se usaría texto en negrita, cursiva o subrayado, según procediera.

13. Puntos suspensivos. Este signo se obtiene en Windows presionando Alt + 0133 en el teclado numérico. Los puntos suspensivos son tres y siguen la misma norma que otros signos ortográficos. Van siempre unidos a la palabra que los antecede y seguidos de un espacio (excepto en el caso d). Algunas de sus funciones principales son:

a) marcar interrupciones en un discurso;
b) indicar una pausa que precede a una sorpresa para el lector;
c) expresar emoción, titubeo, expectación, etc.;
d) omitir datos que se creen conocidos por el lector dentro de una enumeración;
d) sustituir palabras o fragmentos de palabras que el autor no quiere mencionar.

Ejemplos:
Y así seguimos hasta que… En fin, hasta que ganamos.
Y cuando llego él, apareció… ¡su esposa!
Sí… claro… buf, qué horror.
Son abundantes los topónimos árabes en América: Guadalupe, Guadalajara…
Queríamos ponerle un nombre común, como María, Ana, Beatriz…
Me llamó hijo de p…
El maldito … siempre estaba fastidiándonos.

Combinación de los puntos suspensivos con otros signos:
… a la orilla del mar, por fin.
Las principales etnias negras —bantúes, masais, hutus…— llegaron después.
¿Debería divorciarme?…
¡No tires, me vas a romper la…!
Sobre el siglo XVI […] los flamencos admitieron […] la superioridad comercial…

Uso incorrecto:
Sí………. claro….. cómo no………..
No sé si decírselo …
No supe decírselo. . . no me atreví. . .
Qué sé yo …el hambre.

Como se puede deducir de estos ejemplos, los puntos suspensivos siguen siendo tres aunque vayan con signos de admiración e interrogación, que tienen su propio punto. Asimismo, si se cita un texto en el que se omiten algunos fragmentos, deberán incluirse puntos suspensivos entre corchetes. Si una frase comienza con puntos suspensivos porque se omite intencionadamente el comienzo, los puntos deben ir seguidos, como en otros casos, de un espacio. La combinación de puntos suspensivos con etcétera es redundante y debe evitarse.

14. Admiraciones y fórmulas de cortesía. Aunque el tópico dice que los hispanos tendemos a ser más apasionados que los anglosajones, es curioso que no nos admiremos tanto como para escribir ¡¡Gracias por comprar este producto!! o ¡¡Bienvenido al programa!!. Nuestros modos son algo más sobrios en estos casos y suelen limitarse a Gracias por comprar este producto o Bienvenido, que no dejan de ser corteses por no ser exclamados.

Del mismo modo, en español está implícita una deferencia cortés hacia el lector mediante el tratamiento de usted o el estilo impersonal. Por eso, resulta algo ajeno —y a veces ostentoso— leer frases como Sea tan amable de esperar un momento o Haga usted el favor de esperar, allí donde un simple Espere habría transmitido la misma sensación de corrección y respeto. Es más, si forzamos una afectación excesiva y artificial en el trato podemos llegar a transmitir una sensación contraria, entendida entre líneas: Sea usted tan amable de esperar un momento (no me dé la lata y no se impaciente, eh). No en vano, al hablar español solemos ser más correctos y formales cuanto más enojo queremos demostrar al interlocutor al que queremos pedir algo.

Cuidado al traducir estas construcciones. En estos casos es mejor —paradójicamente— moderarse que exagerar.

Conviene recordar que cuando los signos de admiración e interrogación aparecen al final de una frase, no es necesario incluir punto y seguido o punto final porque va incluido en el signo.

Uso correcto:
¿Me llamaste? La verdad es que no te oí.
¡Cállate! ¿No ves que estoy hablando yo? Qué niño más travieso.

Uso incorrecto:
¿Me llamaste?. La verdad es que no te oí.
¡Cállate!. ¿No ves que estoy hablando yo?. Qué niño más travieso.


Bibliografía de este artículo

Martínez de Sousa, José: Diccionario de ortografía de la lengua española, Madrid, Paraninfo, 1995.

Diccionario de usos y dudas del español actual, Madrid, Vox, 1997.

Diccionario de tipografía y del libro, Madrid, Paraninfo, 1992.

Diccionario de ortografía técnica, Madrid, Fund. Germán Sánchez Ruipérez, 1987.

Real Academia Española: Esbozo de una nueva gramática de la lengua española, Madrid, 1981.

Prensa Española, Editorial: Libro de estilo de ABC, Madrid, Prensa Española, 1993.

Seco, Manuel: Diccionario de dificultades de la lengua española, Madrid, 1998.

Sol, Ramón: Manual práctico de estilo, Barcelona, Urano, 1992.


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